Con la unión de diferentes instituciones, como la Cámara de Comercio de Bogotá, la Superintendencia de Economía Solidaria, la Unidad Solidaria y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, se llevó a cabo la Primera Feria de Inclusión Financiera y Crédito Productivo.
Una de las características que marcaron este evento fue el enfoque social que, según todas las instituciones, ha sido un factor de cambio transversal en las entidades y su orientación comunitaria.
Aunque para varios de los expositores esto ha significado un reto por la manera en que venían funcionando las instituciones en gobiernos pasados, es fundamental saber que “estamos llamados a la articulación del sector solidario y la economía popular”, precisó María José Navarro, superintendenta de la Economía Solidaria.
Navarro fue la primera ponente que saludó el espacio, dio la bienvenida a las organizaciones y a las personas asistentes y exaltó el compromiso que la Supersolidaria tiene para seguir consolidando una supervisión y protección financiera no solo para las empresas sino también para las más de seis millones de familias asociadas al sector. Así mismo, la superintendenta resaltó que gracias a la unión de todas las instituciones asociadas a este proyecto “podemos generar esa confianza en el sector para la reactivación económica y para la reindustrialización de este país”.
Finalmente, María José Navarro dijo que el desarrollo de este tipo de encuentros hace parte de los objetivos de la Superintendencia para fortalecer el sector solidario desde la supervisión.
A continuación, Ovidio Claros Polanco, presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá, habló sobre el rumbo de inclusión social que llegó a tomar la Cámara, pues anteriormente, declaró, “esto era una institución muy pinchada, donde no miraban sino el estrato 6,5,4 (…) Hoy la mirada es de abajo hacia arriba, no de arriba hacia abajo, hoy estamos haciendo verdadera inclusión”.
Además, Polanco contó las apuestas que han tenido frente al sector solidario, como la inserción del sector comercial de moda de San Victorino, Bogotá, con estos productores de la economía popular se coordinaron espacios de festival y apoyo para las invenciones colombianas, como el “yin levanta cola”, producto con mucho futuro en la industria de la moda.
Como preámbulo a la firma del memorando de entendimiento entre la Superintendencia de la Economía Solidaria y el Fondo Nacional de Garantías (FNG), Javier Cuellar, presidente de la última, habló sobre el trabajo de la entidad y de la importancia de estos convenios y eventos.
Así, mediante una analogía, representó con el ejemplo de Carmen, una trabajadora campesina, cómo la población de base, que desarrolla la economía popular, puede, gracias a créditos financieros, progresar con sus negocios, emprendimientos y empresas. Además, Cuellar expuso el problema de los “gota a gota”, de los que dijo que: ““...la garantía de los colombianos que están en el gota a gota, es la vida”, entonces, precisó, que: “si nosotros somos un Fondo Nacional de Garantías y le ayudamos a personas como Carmen, no solamente estamos impactando las cifras, que a los funcionarios públicos les gusta mucho comentarlas, sino que hay algo intangible: la tranquilidad”.
Por último, el presidente del FNG, mostró el avance e impacto de estos nuevos enfoques donde, según sus palabras, están por fin articulando política pública y créditos inclusivos, además, concluyó diciendo que “este Fondo Nacional de Garantías no es del Gobierno nacional. Es de las cooperativas, de las Fintech, de las microfinancieras, de los bancos, este Fondo es un activo muy valioso para el país”.
Con la firma del memorando, se selló este avance interinstitucional focalizado en el sector de las economías solidarias, asimismo, dio paso a la intervención de Mauricio Rodríguez Amaya, director de la Unidad Solidaria, institución que ha liderado varios procesos cooperativos en las regiones del país como los Circuitos Asociativos Solidarios.
A propósito, Amaya llamó la atención sobre la importancia de la integración en estos procesos asociativos. “Hoy, decimos, hay seis millones quinientas mil personas vinculadas a las economías solidarias, yo creo que eso puede crecer. Pero puede crecer en la medida que el empresariado colombiano encuentre en la economía y en las organizaciones de la economía solidaria un aliado, un aliado para la integración”.
A la par, destacó la necesidad de fortalecer otros sectores como las tiendas populares, que serían las encargadas de mover esos productos en el barrio y la comunidad, “antes de que los terminen de avasallar los grandes mercados de plataforma que son los que hoy captan, la compra pequeña, del ciudadano de a pie, que va a la tienda a buscar sus productos del día (..) No va a ser posible tener una política de crédito con pequeñas unidades productivas, cada una peleándose, a ver cómo sobrevive, para nosotros, la integración es la manera como podemos adquirir el crédito, juntándose”, precisó el director de la Unidad Solidaria.
Posteriormente, Mauricio Rodríguez Amaya exaltó la unión cooperativa que debe seguir avanzando y superando retos por medio de proyectos como el Sistema de Educación para la Asociatividad Solidaria (SEAS) que será lanzado en Barrancabermeja el 5 de junio, en presencia del presidente Gustavo Petro, o el Encuentro Internacional de Economías para la Vida (EcooVida2024), que tendrá lugar en Cali del 22 al 26 de octubre, “herramientas colectivas para ponerse al frente de las trasformaciones, del desarrollo y, sobre todo, a la salvaguarda de la vida en el planeta”.