
“Toda mujer cuidadora necesita una red de apoyo”
Capacitaciones en ofimática, finanzas y normatividad son proporcionadas por la Fundación Soy Oportunidad para poder laborar desde los hogares
Gracias a las redes sociales, en 2017 Mónica Moscoso supo de la existencia de la Fundación Soy Oportunidad. Había visto que una beneficiaria vendía sus productos a través de la web, lo que la animó a unirse.
Mónica es cabeza de hogar y tiene una hija de 15 años. Venía de estar mucho tiempo en la Policía Nacional donde enfermó: “Salí pensionada de allá por una discapacidad y entonces dije, ‘Qué voy a hacer con mi vida’. Llegué buscando otro rumbo para mí, una orientación, saber que era productiva”.
Fue así como se convirtió en una de las 460 mujeres beneficiadas de esta organización, que nació en 2016 producto de una experiencia personal de su directora María del Mar Jaramillo: haber sido madre a temprana edad y tener el privilegio de contar con su familia como red de apoyo, en términos económicos y de acompañamiento.
En palabras de María del Mar, quien es abogada y especialista en responsabilidad social: “Una vez el bebé nace, si no tienes un trabajo, pues ahora menos vas a poder conseguirlo, o si estás en embarazo no vas a poder buscarlo. Por todo esto, toda mujer cuidadora necesita una red de apoyo que durante un tiempo la ayude a salir adelante con ese bebé”.
Creación de oportunidades
Con base en cifras del Departamento Nacional de Estadística, DANE, del primer semestre 2024, la directora argumenta la necesidad de estos acompañamientos: “El 50% de las familias en Colombia están encabezadas por madres cabeza de hogar. Esa mujer debe encargarse de uno o cuatro niños, y le toca trabajar horas, si tiene trabajo, y al mismo tiempo tiene que ver cómo hace malabares para cuidarlos en cuanto a alimentación, enfermedades, accidentes y el colegio. Esas familias no tienen esa red de apoyo, o si no, no vivirían en pobreza”.
También tiene en cuenta que gracias a la red de apoyo tuvo la oportunidad de continuar con sus estudios y ser más competitiva en el mercado laboral, ayuda que no tienen la gran mayoría de mujeres.
Esas posibilidades de estudio, trabajo y de recursos tecnológicos le aportaron para iniciar Soy Oportunidad: “Eso me llevó a entender que, si yo lo pude hacer así, entonces, tengo que ser la red de apoyo que esas mujeres no tienen. Y tengo que convertirme en un puente para que aprendan habilidades para trabajar”.
Asimismo, tuvo en cuenta que la actual oferta laboral es mayoritariamente para hombres: “Porque tienen la preparación, el tiempo y no tienen la responsabilidad de cuidar a nadie más”, agrega. En consecuencia, planeó cómo enseñarles habilidades digitales para que fueran más competitivas en trabajo remoto. “Nos encargamos de buscar trabajo para ellas, pero que se pueda hacer desde casa, trabajo híbrido, trabajo que les dé flexibilidad en su tiempo”, complementa.
Temas de las capacitaciones
De esta manera, virtualmente y con profesionales voluntarios, en 2020 iniciaron la formación en tres aspectos: bienestar integral, para que entiendan sus capacidades de liderazgo. En segundo lugar, cultura digital e internet: “Las principales herramientas ofimáticas, el universo Google, redes sociales y, por último, estudiamos empoderamiento económico, enfocadas en ayudar a resolver su independencia. Si una mujer es económicamente independiente, puede, por ejemplo, librarse más fácilmente de un problema de violencia doméstica”, explica la directora de Soy Oportunidad. Asimismo, forman en temas normativos, financieros y hasta emocionales.
Con estos conocimientos, las beneficiadas escogen si emprenden con un negocio, con base en las herramientas digitales y trabajando en casa, en lo que la Fundación las acompaña.
Fue así que Mónica Moscoso constituyó Seacondiciona S.A.S. para principalmente hacer los empaques de productos de consumo masivo como ropa, alimentos y tecnología, además, distribución de productos cosméticos. Para esto, trabaja con cuatro mujeres cabeza de hogar en producción y dos en el área administrativa.
No obstante, la Fundación va más allá y se encarga de buscarles oportunidades de trabajo remoto, con base en las necesidades de algunas empresas.
“Nosotras formamos de las mujeres en las habilidades que esa empresa necesita y ellos reducen su curva de aprendizaje, porque ellas están aprendiendo lo que ellos necesitan, incluso, antes de ser contratadas”, concluye María del Mar Jaramillo.
Actualmente la Fundación tiene más de 500 solicitudes de mujeres que quieren ingresar a sus programas.