
El Grupo Comunicarte ha trabajado durante más de 30 años por una comunicación diferente en Colombia y Latinoamérica. La búsqueda porque las comunidades tengan cómo contar sus visiones, experiencias y reflexiones de vida y mediáticas los ha llevado a consolidar una red de comunicación alternativa que recorre todo el país.
Este grupo, integrado por personas con diferentes profesiones y áreas de comunicación y educación, ha sabido combinar sus esfuerzos basados en la comunicación comunitaria para consolidar una experiencia que se constituye en un ejemplo para destacar. La Unidad Solidaria habló con Alma Montoya, coordinadora de Comunicarte, que relató la experiencia y logros de este grupo.
En palabras de Alma, este equipo ha construido una opción para “trabajar la comunicación desde propuestas, estrategias edu-comunicativas, de desarrollo sostenible y todo aquello que ayude a crear comunidad y a la apropiación de tecnologías por parte de las comunidades para ejercer el derecho de la comunicación”.
A este equipo interdisciplinario lo caracteriza el “amplio conocimiento y experiencia en trabajo personal, grupal, étnico, académico, ciudadano, comprometido con el desarrollo integral y la solidaridad social”, estas cualidades, que parecen formalidades, se notan en las palabras de Alma.
Al llegar, la coordinadora del Grupo Comunicarte nos recibe con una amplia sonrisa, no le dan miedo los juicios de los archivos esparcidos dentro de la pequeña oficina. Ensancha los brazos y con un gesto de abrazo nos invita a sentarnos y a empezar a ver el mapa que tiene junto a su escritorio.
El colectivo tiene actualmente tres enfoques temáticos: los páramos, la Amazonía y la migración. Estos ejes guían la ruta que recorren formando las redes que tejen desde hace 30 años, especialmente enfocados en la radio. A través de su sitio web muestran los diferentes productos que junto a las comunidades han logrado crear. “Tenemos tres campos de trabajo, la línea comunicativa, la línea de edu-comunicación y la línea académica”, cuenta Alma.
Mientras Alma describe estas líneas de trabajo, resume, quizá sin meditarlo debido a la cercanía, todas las comunidades de base con las que se han cruzado en los años de trabajo. Se debate entre risas y precisiones, han logrado posicionar un interés: que las comunidades hablen de sus necesidades.
Entonces, Alma contó cómo el cuestionarse que las formas y las herramientas para hacer comunicación podían no estar solamente en manos de un poder económico o político, entonces, “todo esto se llenó de radios”, dice mientras recuerda con otra risueña precisión “¿Qué entendemos por comunicación alternativa, comunitaria?, no solamente estar gritando contra el poder del momento. Ese es un aspecto, pero a nosotros nos ha interesado más (…) la apropiación de los lenguajes”, completa Alma.
Luego de la primera ronda de grabación, con estos ademanes y una cordialidad acogedora, indicó que nos mostrará la otra parte de la oficina que alberga la cabina de radio. Mientras vuelve, uno de los realizadores del grupo muestra la gran colección de productos y piezas que han elaborado.
Alma regresa, charlamos un poco más, la risueña mujer solo causa más confianza mientras explica cómo ha logrado la aceptación de varias comunidades indígenas, que, revela, no tenían mucha confianza porque sentían que cuando alguien exterior a ellos iba, se llevaba la información y no regresaba. Entonces, ella cuenta que uno de los principios que rigen al grupo es la reciprocidad con todos aquellos que trabajan.
También, hablamos con Annie Salamanca, comunicadora social del Grupo Comunicarte, que precisó que, de la misma manera que hacia afuera, el equipo actúa solidariamente adentro, han podido viajar, conocer comunidades y trabajar con ellas de forma equitativa, pues entienden que esta labor es también para que todos los integrantes disfruten de estas experiencias.