
Nariño es uno de los departamentos con mayor número de áreas sembradas de fique, un cultivo del que, de acuerdo con el Ministerio de Agricultura, dependen alrededor de 3.500 familias campesinas de esta zona. Allí, en la vereda Villa Flor, del municipio de Samaniego, Organizaciones Solidarias llegó con su componente de transformación social para apoyar a los emprendedores rurales.
En 2016 la Entidad comenzó a trabajar con 20 campesinos que buscaban en la asociatividad solidaria una solución a las dificultades de comercialización de su producto. Inicialmente se hizo un diagnóstico social, una caracterización y el diseño de un plan de negocios con el que se organizaron para cumplir sus objetivos. De este proceso surgió un centro de acopio que hoy en día se constituye en el eje de cambio y transformación de los integrantes de la Asociación Agropecuaria Campesinos de Villa Flor –Asproctovilla-.
“Organizaciones Solidarias llegó a nuestra asociación y empezó a trabajar en el tema de la filosofía de quitarnos la idea de ser tan individualistas, y cambiar a producir más solidario, más en comunidad, compartiendo con más personas”, comentó Franco Rodríguez, integrante de la asociación en una de las visitas realizadas al proyecto. “Antes se trabajaba individual, cada socio desfibraba la planta y hacía su trabajo, pero tenía que llevarlo al municipio de Samaniego, que está a 40 minutos de aquí del corregimiento. Con la idea de acopiar el producto entonces cada socio ya lleva el producto al centro de acopio y se le compra allí y se va a su casa, ya no tiene que gastar el tiempo de ir a Samaniego sino que solo va a dejar el producto al centro de acopio y se va y se regresa a su casa a hacer alguna otra cosa”, complementó Wilson Ruíz, representante legal de Asproctovilla.
Con esta iniciativa, los integrantes de la asociación y sus familias, además de ahorrar tiempo y dinero, reciben un mejor precio por su producto, han encontrado mejores alternativas de negocio y comercializan mensualmente nueve toneladas de fibra, con las que actualmente una empresa de Medellín fabrica sacos de café y empaques ecológicos para la papa.
Entusiasmado con los talleres que aún recibe de Andrés Romero, su gestor en territorio, Ramiro Rodriguez manifiesta que “el trabajar en equipo me ha enseñado muchas cosas, la primera es que uno tiene que ver por los demás, no solo pensar en uno mismo sino mirar que no solamente se va a beneficiar económicamente uno sino que también se va a servir a la comunidad”.
Con esta labor y el apoyo que reciben de Organizaciones Solidarias, este grupo de empresarios solidarios sueña con vincular a más productores y de esta manera, además de crecer económicamente, cumplir su objetivo de llevar el mensaje asociativo beneficiando a más familias de la región.