
Las cooperativas son un modelo vigente y de futuro. En América Latina y El Caribe hay más de 108 mil y cerca de 28 mil son agropecuarias y/o rurales, con más de 6 millones de cooperados.
Son claves en la inclusión de la agricultura familiar a las cadenas de valor y en facilitar el acceso a financiamiento a mercados, promoviendo una mayor capacidad negociadora para lograr servicios, bienes e insumos a un mejor precio.
Además, este modelo de negocio posibilita incrementar el capital social de agricultores y reduce las asimetrías de poder, favoreciendo el acceso de más actores a los encadenamientos productivos.
Las cooperativas y la asociatividad contribuyen a la gobernanza de los territorios con un modelo de empresa que promueve la participación de los productores y las alianzas público-privadas para el desarrollo de bienes públicos.
Las cooperativas son un motor para la transformación de los sistemas agroalimentarios por su presencia en las distintas fases de la cadena, alentando el desarrollo de políticas integrales para la reactivación y las disrupciones (pandemia, inflación y conflictos bélicos).
Ventajas de las Cooperativas: Un modelo vigente y de futuro
Ventajas de las cooperativas
Un modelo vigente y de futuro
Facilitan la inclusión de la agricultura familiar a las cadenas de valor.
Mejoran la gestión de la agricultura familiar y su capacidad negociadora.
Estimulan el ingreso de más actores a las cadenas de valor.
Potencian la producción a pequeña escala y el empleo para grupos rezagados.
Favorecen el desarrollo de empresas e institucionalidad adecuada.
Alientan la gobernanza territorial con un modelo de empresa participativo.
Canalizan políticas reactivadoras e integrales antes disrupciones y crisis.
Estimulan el vínculo con otras formas de economía solidaria y las alianzas cooperativas.
Contribuyen al uso sostenible de recursos por la organización y planificación conjunta.
Revalorizan la producción e identidad local.
Fuente: FAO para América Latina y el Caribe