22 de Agosto del 2024
“Bregar a enseñarle a las mujeres que valen mucho”
ASOMUCA

La Unidad Solidaria habló con Gloria Yaneth Castro Velasco, lideresa de la Asociación de Mujeres de Cajamarca y Anaime (Asomuca) en el departamento del Tolima. Esta organización está encaminada a fortalecer la economía solidaria, popular y comunitaria desde la visión de las mujeres campesinas.

 

Desde que Gloria trabajaba en el campo con su papá, aprendió labores como el arado, la fumigación y el deshierbado de las plantaciones, entonces, antes de cumplir los 18 años, supo que no le gustaban las labores de la casa.

Eran 7 hijas y un hijo, para ella, siempre fue una cuestión contradictoria el que no le gustara el trabajo que parecía estar destinado para las mujeres. Sin embargo, no quiso seguir ese patrón, por eso, aunque aprendió de su papá el trabajo del campo, solo empezó a cocinar a los 18 años, momento en el que se mudó de la casa familiar. Entonces empezó a convivir con Rodrigo, su pareja, con la que lleva 28 años.

Con Rodrigo, Gloria confiesa que comenzó a tener mucha más libertad para hacer las cosas que le gustaban y ser independiente.

Años después, Gloria Yaneth se unió a un proyecto de la Asociación RIPLATUS, (Asociación Campesina para Producción de Agricultura Limpia) en el que trabajó con un proyecto para construir invernaderos. Y como en ese momento no sabía nada de liderazgo, empezó a capacitarse.

Después de culminar la experiencia de los invernaderos, Gloria ya sabía cómo liderar, y por algunos problemas con RIPLATUS, junto a otras cinco mujeres tomaron la decisión de juntarse para que nadie las volviera a manipular por conseguir cosas, que nadie más silenciara su voz o su participación.

Así, Rosa Cardona, Dori Valero, Blanca Beltrán, Miriam Murillo y Gloria Castro, alzaron la voz y conformaron la Asociación de Mujeres de Cajamarca y Anaime.

Gracias al trabajo realizado en los invernaderos, directivos de AngloGoldAshanti, una minera de Cajamarca, decidieron confiar en Gloria para liderar un proyecto que buscaba que 35 familias campesinas construyeran huertas caseras en el municipio.

La experiencia le enseñó que es importante tener todo el gasto del presupuesto muy bien vigilado para que los propósitos de los proyectos se cumplan y no se pierdan en el camino.  Por eso las mujeres de Asomuca realizan las compras y vigilan de cerca la inversión de los recursos.

Gloria fue designada como presidenta de la junta directiva de la Asociación y propuso encontrar familias de veredas lejanas, cuyos recursos eran escasos y podían aprovechar mejor las huertas, “porque no veo caso darle a una familia que tiene”.

En el proceso de implementación del proyecto de las huertas, sembraron pimentón, zanahoria y otros productos intercalados, después de eso, 25 familias se asociaron a Asomuca. Con esta integración, lograron otro proyecto, 20 millones para comprar novillas para incentivar el trabajo de 20 familias en el campo tolimense.

Preocupada porque estas 20 novillas no alcanzaban para todas las familias, buscó que entre los integrantes de la Asociación juntaran dinero y compraran terneros para que nadie se quedara sin qué hacer o comer.

Teniendo en mente la sostenibilidad de las familias, la repartición equitativa y la lucha por la voz de las mujeres, Gloria explica que son “las mujeres las que menos tenemos recursos, nunca nos pagan el trabajo de la casa. La idea es que ellas (las mujeres campesinas) tengan con qué pagar un pasaje, comprar sus aretes, no depender del esposo o poder ir al pueblo sin pedirle al marido”.

Actualmente, la Asociación de Mujeres de Cajamarca y Anaime cuenta con 15 mujeres de veredas de Cajamarca, Pan de azúcar, Recreo alto, La tigrera, San Lorenzo, Tunjo, El espejo y Rincón placer.

El trabajo con la Unidad Solidaria ha servido para capacitar a las personas de Cajamarca y aprender acerca de las formas asociativas, además, la entidad pudo otorgar implementos como carpas, sillas y refrigerador, elementos que se usan para el sostenimiento de la Asociación. También se logró acordar ceder un centro de acopio para organizar la oficina de Asomuca.

“La verdad, es importante porque uno aprende cómo pasar proyectos. La asociatividad es lo que están viendo ahorita, a una sola no la miran, pero con asociatividad, sí”.

La presidenta de Asomuca cuenta que ahora están trabajando con un proceso de agroecología con la corporación Tierra Libre de Fusagasugá y la Universidad del Tolima. “La agroecología y la alimentación tienen una importancia muy grande porque nadie valora realmente la comida, la economía del país la mueve la agricultura, los campesinos siempre llevan del bulto, nadie valoraba el proceso, ahora se valora un poco porque se está viendo cómo transformar esto y el Gobierno nacional quiere apuntarle a los procesos productivos”.

También asegura que más adelante puede haber un progreso sobre la dignificación del campesinado y el mejoramiento de su realidad. Igualmente, asegura que la juntanza de las mujeres es importante porque, en la experiencia de la Asociación, las mujeres se apoyan y saben capacitarse entre sí y comprender a la otra.

No obstante, no todo ha sido tan bueno, desafortunadamente, en el territorio de Cajamarca no ha sido fácil que reconozcan el trabajo de estas mujeres, se ha conocido más, según Gloria, afuera del municipio. Desde lo aprendido en las capacitaciones y su experiencia, explica que entendió que “vale mucho”.

Ahora, lo que sigue para Asomuca, “es bregar a enseñarle a las mujeres que vale mucho ir a dar charlas de liderazgo, de equidad de género, de participación ciudadana en el territorio, a las mujeres del campo. Vamos a seguir logrando que la institucionalidad mire más a las mujeres campesinas, vamos a seguir trabajando para que las mujeres tengan más recursos”.

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