Enviado por jdmurciab el Mar, 08/29/2023 - 23:51
“El mejor camino es la asociatividad”, Luz Nedis Oviedo, de Asocpraur, Urabá
“El mejor camino es la asociatividad”, Luz Nedis Oviedo, de Asocpraur, Urabá

 

 

Hace cinco años, 31 fundadores, en su mayoría mujeres cabeza de hogar, decidieron asociarse para comercializar alimentos como yuca, cacao, plátano, limón y mango. Aunque inicialmente se organizaron para cultivar y comercializar estos productos, varias condiciones hicieron que se decidieran por la venta del cacao en grano seco.

Fue así que crearon la Asociación de Campesinos Productores de Alimentos de Urabá, Asocpraur, que actualmente cuenta con 694 asociados, de los cuales más de 150 son mujeres cabezas de hogar y 56 jóvenes. La mayoría son dueños de fincas o de unidades productivas, con una extensión de 1.5 hectáreas en producción de este fruto por predio.

Javier Velázquez Sepúlveda, representante legal de la Asociación, explica que su organización surgió luego de un proceso de paz, que permitió el retorno de varios labriegos y labriegas a sus parcelas, y al sumarse la intervención de la institucionalidad se facilitó la integración de las comunidades.

Luz Nedis Oviedo Viloria, asistente administrativa y contable de Asocpraur, comenta que la organización nació en Apartadó, Antioquia, el 25 de febrero de 2018, y que al ver la acogida que tenía el cacao en el mercado y los bajos pagos a los productores, decidieron concentrarse en este.

Sin intermediarios

“Nos dimos cuenta que el cacao tenía un mercado muy interesante y que los productores no recibían un precio justo por el producto, porque había muchos intermediarios. Por eso, la organización empieza a comercializar cacao en grano seco y empezamos a pagar un precio justo, ya que había una intermediación de 1.200 pesos”, explica la asistente administrativa de Asocpraur.

De esta manera, le compran al productor todo lo cosechado, lo venden y las utilidades son reinvertidas en los mismos productores con capacitaciones, proyectos y certificaciones para acceso a créditos, entre otros beneficios.

El rápido crecimiento de la Asociación también se debe al apoyo que brindan a los cultivadores: “Inicialmente se hicieron gestiones para fertilizantes y centros de beneficios, herramientas, una marquesina y un cajón fermentador”, explica Luz Nedis.

Tuvieron ayuda del Sena, del Ministerio de Agricultura y de la Unidad Solidaria, que se materializó en la asistencia directa a 262 personas con capacitaciones en control fitosanitario, mejores maneras de fermentación del cacao y podas, entre otras.

“La Unidad Solidaria estuvo con nosotros cuando más la necesitábamos porque teníamos a los productores afiliados, pero no estaban convencidos de trabajar en equipo. Pudimos seguir trabajando con lo poquito que teníamos y nos multiplicamos. Y gracias a las intervenciones de la Unidad Solidaria hoy tenemos cerca de 700 personas convencidas del trabajo solidario y asociativo”, señala Luz Nedis Oviedo.

Cuidado del ambiente

En palabras de la asociada Gina María Navarro, la organización tiene mucho potencial, producto de los esfuerzos y capacidades de todos y cada uno de los agremiados.

Desde hace un año, han hecho esfuerzos para el aumento de la productividad con tecnificación, y con la búsqueda de mercados diferenciales con el cacao orgánico, lo que exige que los asociados tengan una producción limpia para brindar mejor calidad al consumidor.

“Es muy importante para nosotros el cacao orgánico porque permite el autocuidado del productor en el manejo del cultivo, evita los riesgos por el uso de agroquímicos, protege el medio ambiente y las microcuencas de nuestras fincas, que son las que más sufren con el uso de herbicidas, y cuida la fauna que se venía afectando, ya que es un cultivo silvestre y contamos con miles de variedades de especies tanto terrestres como de aves”, explica el representante legal de Asocpraur.

En su primer año, la Asociación inició comercializando con Fedecacao y la Compañía Nacional de Chocolates, a quienes les vendían alrededor de 70 toneladas de cacao en grano seco convencional, con una fermentación al 70%.

El segundo año llegaron a 465 toneladas. De este modo, fueron aumentando producción hasta adquirir un patrimonio de alrededor de 600 millones de pesos.

Espacio para la juventud

Por otra parte, Gina Navarro identifica que los jóvenes ya no quieren estar en el campo, que buscan oportunidades laborales en las ciudades porque ven que este ya no es productivo. “Si les mostramos otra forma de ver el campo, con diferentes agremiaciones, cooperativas, asociaciones, podemos animarlos a que estudien y se capaciten con lo que hemos vivido, que el campo sí da, que sí se puede vivir del campo”.

Es así que la Asociación también emplea a jóvenes hijos de productores que se han capacitado como tecnólogos agropecuarios, en administración de empresas o técnicos de campo. Así integra más a las familias, motiva a otros y genera algunos empleos en el municipio.

Javier Velázquez complementa al asegurar que se podrá tener un relevo y un empalme generacional, si los padres de estos jóvenes tienen cultivos rentables, “porque si no, no existe una motivación. El amor viene a través de una sostenibilidad del cultivo, la pasión viene de poder construir familia, pero no con pobreza, sino que puedan mejorar sus rendimientos productivos y facilitar el trabajo con buenas prácticas agrícolas”.

Los anteriores son apenas algunos de los esfuerzos que les ha permitido un rápido desarrollo, lo que redunda entre otras cosas en haber adquirido una planta de transformación del grano que cuenta con secadora, cuarto frío, refinadora, descascarilladora, prensa y clasificadoras. Sin embargo, solamente están haciendo pruebas para sacar chocolate en barra, manteca de cacao, cocoa y licor de cacao. Se preparan para la fabricación de nuevos productos y están en la búsqueda de clientes, responsabilidad en la que -comentan- deberían ayudarles algunas entidades del Estado.

Sin miedo a organizarse

Según Luz Nedis Oviedo, el mayor obstáculo que tuvieron para organizarse fue la desconfianza en la asociatividad. Pero fue superado por la necesidad y al ver que había mal manejo de los recursos por parte de algunos líderes.

 “Hay que superar el temor porque el tema es que anteriormente la asociatividad no funcionaba porque los líderes hacían mal uso de los recursos. Pero como asociados se trabaja con honestidad, con el corazón, con temor a Dios y con las ganas de ayudar a las personas. Por eso, a nuestros asociados les demostramos con hechos, con resultados que estamos haciendo las cosas bien”, comenta Luz Nedis Oviedo.

En Asocpraur creen que el Gobierno debe apoyar a las asociaciones constituidas y bajar las tasas de interés para los créditos a este tipo de organizaciones. De esta forma, habrá un mejor apoyo al sector de la economía popular.

Luz Nedis concluye que si no se hubieran asociado no tendrían el crecimiento y la fortaleza con la que cuentan: “El mejor camino es la asociatividad porque es bien sabido que una golondrina no hace verano. Hoy en día la enseñanza que tenemos es que, si nos reunimos, si nos juntamos podemos lograr mucho. Eso es lo que ha hecho Asocpraur”.