
Desde 1996, la Corporación Juvenil Sonreír es Vivir ha sido un faro de esperanza y acción en el Magdalena Medio, apostándole a la formación juvenil, la protección ambiental y el desarrollo comunitario.
Puerto Wilches, Santander. — Lo que comenzó como una respuesta urgente frente al reclutamiento forzado de jóvenes por actores armados, hoy es una organización sólida y resiliente que ha transformado vidas en el Magdalena Medio. La Corporación Juvenil Sonreír es Vivir (CORJUSEV), fundada el 7 de febrero de 1996 por Henry Estrada Ramírez, ha evolucionado hacia un modelo integral que combina la conservación ambiental, el ecoturismo solidario y la economía productiva.
“Nacimos con el fin de prevenir el reclutamiento de jóvenes y adolescentes, pero también para impulsar políticas públicas de infancia y adolescencia, apoyar a las víctimas, formar agentes de conservación ambiental y brindar albergue a quienes más lo necesitan”, explica Estrada, quien sigue liderando con convicción este proceso comunitario.
En sus más de dos décadas de trabajo, CORJUSEV ha impulsado el liderazgo juvenil mediante la creación de unidades productivas, espacios de formación en resolución de conflictos y proyectos de economía solidaria. Una de sus apuestas más recientes es la unidad productiva REGS FRONTERS – Región Sin Fronteras, que ofrece experiencias ecoturísticas en Puerto Wilches. Este proyecto busca no solo conectar a visitantes con la riqueza natural de la región, sino también generar ingresos sostenibles para jóvenes y familias de escasos recursos.
Desde 2024, la Unidad Solidaria ha sido una aliada estratégica en el fortalecimiento de este proceso, apoyando la formación de los miembros de CORJUSEV a través del diplomado en Asociatividad Solidaria, impartido por la Universidad Cooperativa de Colombia, así como promoviendo la participación en ruedas de negocios y la próxima entrega de medios de producción que potenciarán su capacidad de servicio.
“La asociatividad es clave. A las comunidades les digo que es muy bueno trabajar en equipo, nos ayuda a ofrecer nuestros productos, a impulsar procesos que están comenzando y a fortalecer los que ya existen”, destaca Henry Estrada.
CORJUSEV demuestra que cuando se invierte en la juventud, se siembran las semillas de un futuro más justo, sostenible y solidario. Hoy, su trabajo sigue siendo ejemplo de resistencia y transformación desde el territorio.