
Lida Erika Medina Uribe es la presidenta de la Asociación de Mujeres Indígenas Trabajadoras de la Libertad (AMITLI), una organización en el departamento de Vaupés, en la Amazonía colombiana. La chagra, un espacio de autocultivo, es lo que ha unido este grupo de trabajadoras dedicadas a la siembra de frutas, verduras y tubérculos.
AMITLI nació en el 2016 en La Libertad, donde confluyen tres comunidades, un barrio y varios pueblos indígenas. Junto al Servicio Nacional de Aprendizaje y el Fondo Emprender, construyeron los estatutos y los pasos a seguir para registrarse y certificarse ante las entidades pertinentes y así, empezar a existir oficialmente.
Lida Medina relata que la decisión de asociarse nació a partir de la relación con la siembra de piña, una de las varias líneas de las chagras. Actualmente la asociación la conforman 29 mujeres y, recientemente, el primer asociado hombre.
Además del autocultivo, AMITLI trabaja en el fortalecimiento cultural de las tradiciones indígenas de la chagra diversificada y la reforestación y disminución del impacto del cambio climático en su comunidad.
Al principio, la pareja de Lida, junto a la representante de mujeres Celina Suárez, construyeron el primer proyecto con el que se ganaron insumos para el comienzo de la asociación. Mantener y hacer crecer la asociación es uno de los retos principales, dice la presidenta de AMITLI, “ya que no todas piensan lo mismo”, aclara.
“Las mujeres nos dedicamos a transformar los productos que cosechamos en las unidades de cada una y organizamos ventas cada dos meses en el pueblo, o sea, en el casco urbano”, explica Lida sobre el proceso de comercialización de los cultivos.
Además, asegura que las mujeres de AMITLI son pioneras de las “ventas gastronómicas bimensuales”, proceso que comenzó con la preocupación por la escasez de dinero por la que pasaba la asociación en el 2020. Debido a que las mujeres de la asociación no tenían un trabajo formal, decidieron organizar la venta de los productos e incursionar en la economía popular. Ahora también funciona en otros barrios y comunidades de La libertad.
Dos años después, el trabajo de la asociación ha generado reconocimiento y admiración por parte de la comunidad. En Mitú “proyecto que llega, nos presentan”, asegura Lida.
Ahora, la Asociación de Mujeres Indígenas Trabajadoras de La Libertad se integraron al proceso del Circuito Asociativo Solidario, “queremos aprovechar al máximo la oportunidad, la perspectiva es trabajar y mejorar en diferentes aspectos, buscar punto físico donde haya más gente y luchar para que las mujeres tengan un salario mínimo para que solventen algunas necesidades”.
Para la presidenta de AMITLI, “es importante que las comunidades que trabajan con el campo, con sociedades que han sido violentadas históricamente, ahora tomen un rol protagónico en la economía del país porque las que trabajan labrando son las que mueven la economía del país y es la primera en estar en las mesas de los colombianos, la mayoría consumen productos cultivados en el campo y para nosotros es la chagra”.