
“Anteriormente nos veían con unas licras y unos mochitos corticos y la barriga afuera, pero ahorita ya estamos con este uniforme y a la gente le agrada mucho, nos dicen que ahora sí nos vemos bonitas, que ahora sí parecemos masajistas”… Así comienza su relato Alexandra Maldonado, representante legal de la Cooperativa Multiactiva de Afromasajistas de La Boquilla (Cooafromasajistas), conformada formalmente el 24 de agosto de 2019, gracias a la iniciativa de la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias (UAEOS), la Vicepresidencia de la República y el empeño de las 64 mujeres asociadas que creyeron en el modelo económico solidario, apostándole al trabajo cooperativo.
Antes de organizarse, estas cartageneras trabajaban ofreciendo masajes de manera informal y empírica a los turistas que visitaban las playas de La Boquilla en Cartagena. Una situación que se tornaba incómoda para muchos de ellos, por la forma como los abordaban, su forma de vestir y la diferencia tarifaria que manejaban, entre otros factores.
“Ya ahorita no, ya Organizaciones Solidarias nos ha regalado un curso básico de masajes y con base en eso, las que estamos en la cooperativa ya podemos trabajar certificadas, también hemos recibido capacitaciones con el SENA acerca de los masajes” manifiesta Alexandra.
Para formalizarse como cooperativa cumplieron con todos los requisitos exigidos, entre los que está la certificación en el Curso Básico de Economía Solidaria, dictado por la UAEOS, “fueron 3 días incansables de ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde, hubo mucha gente que no podía, pero hicieron el sacrificio y aquí estuvimos (…) en el momento de la graduación cuando nos entregaron el certificado, nos dimos cuenta que es una alegría muy grande, estaba Vicepresidencia, Corpoturismo, la alcaldía y muchas gentes importantes” agrega.
A partir de ese momento, las playas de La Boquilla dejaron de ser las mismas, ahora quienes las visitan, encuentran una carpa exclusiva para la prestación del servicio de masajes, atendido por bellas mujeres morenas, de uniforme azul, que gozan de un trabajo digno y bien recompensado, que las llena de orgullo y satisfacción.
“Mi esposo está bien orgulloso, se siente alegre cuando me ve con este uniforme, se siente feliz, mi hija también me dice ¡uy mami qué bonita te ves!, mi familia se siente muy contenta que yo haya podido entrar a la cooperativa” cuenta Darly Gómez, una de las asociadas.
Por ahora, el sueño de estas mujeres es que Cooafromasajistas siga creciendo, vinculando a más trabajadores ambulantes, ofreciendo empleo decente y cambiándole la imagen a una de las playas más atractivas para los visitantes de nuestro país.
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