
22 familias víctimas del conflicto armado del municipio de Rionegro, en Santander, retornaron a sus hogares con la motivación de brindar un mejor futuro para sus hijos y dejar atrás malos recuerdos para apostarle al cultivo del cacao, bajo el esquema asociativo solidario.
De esta manera, se unieron para trabajar y echar a rodar la Asociación Agrícola de Cacaocultores de Rionegro Santander “Aroma de Paz”, con la que, además de una nueva empresa, conformaron una gran familia.
“Somos un grupo excelente que viene trabajando diariamente con los mayores esfuerzos para ser cada día mejor, hemos venido innovando en nuestros productos, en su presentación, en su calidad, en su sabor, en su aroma” comenta María Eugenia Ayala, representante legal de la organización.
Desde que se organizaron han recibido el apoyo de diferentes entidades como la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, la Agencia de Desarrollo Rural y la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias (UAEOS) con la que actualmente desarrollan talleres de Enfoque de Mejoramiento de Vida y Planes de Intervención a la Medida con los que se busca fortalecer su emprendimiento y mejorar la comercialización de sus productos, aumentando considerablemente sus ingresos económicos.
“Con Organizaciones Solidarias venimos trabajando muy bien. Gracias a Dios nos han venido a capacitar y a orientarnos en todo el tema administrativo y para nosotros ha sido algo excelente cada día nosotros aprender algo nuevo para dar a conocer lo mejor de nuestra empresa para salir adelante” agrega Ayala.
Y aunque comenzar no fue fácil, las ganas de salir adelante de estos emprendedores los ha llevado a producir en la actualidad 300 libras mensuales de chocolate de mesa y diversificar su negocio con productos como el sabajón de cacao, el vino de naranja, yogures caseros y la mermelada de mucílago, con los que son reconocidos en su municipio.
Cuando hablan de su empresa, a estos empresarios solidarios la sonrisa no les cabe en el rostro, sus ojos revelan la convicción de lo que hacen y del cambio que están generando en sus vidas y en su comunidad, “Yo le puedo asegurar y le apuesto al que sea, que si nosotros seguimos trabajando como vamos, vamos a ser pero súper grandes ,porque yo sé que nosotros estamos para cosas grandes y gracias al apoyo de Organizaciones Solidarias”, dice Yudi, una de las asociadas.
Con el inspirador aroma de paz que emanan estos cultivos, en 2020 la UAEOS continúa fortaleciendo estas empresas solidarias que contribuyen a la generación de trabajo decente e ingresos dignos, pero sobre todo a la construcción de un país más solidario.
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