“Organizaciones Solidarias ha sido vital porque ha llegado con el componente sicosocial, nosotros éramos poco sociables, empezar por ejemplo a respetarnos, a reconocernos, una vez hicimos eso, pudimos empezar a mostrar lo que teníamos, entonces para nosotros ha sido vital primero, como esa reconstrucción social que ya nos permite tener una calidad de vida mejor, los productos se venden de una forma rápida, a un precio justo, entonces esa ganancia social ha permitido fortalecer el componente económico que nos permite vivir un poco mejor”. Así lo manifiesta Irialed Murcia, representante legal de la Corporación Corcaraño, un emprendimiento campesino que nació en las montañas de la vereda El Caraño en el departamento del Caquetá, donde la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias también está fortaleciendo los procesos asociativos solidarios.
Allí, un grupo de 22 mujeres y miembros de una junta de acción comunal se unieron para encontrar una alternativa de trabajo que les permitiera obtener ingresos económicos, proteger el medio ambiente y mostrarle al mundo la riqueza de sus tierras, por lo que vieron en el turismo rural una gran oportunidad. Así nació Corcaraño.
Nancy Gutiérrez, una de sus asociadas, dice que “Con la corporación hemos hecho una familia, una gran familia que es Corcaraño, donde nos unimos muchos productores y lo que queremos es proteger el medio ambiente, conservar la cuenca hídrica acá del Río Hacha de cierta manera incentivar a la población campesina a trabajar en sus cultivos en su producción, sin tener que estar talando más, queremos que a futuro Corcaraño sea un ejemplo para otras asociaciones acá en el Caquetá, en Colombia, y aprender a convivir con ella, con la naturaleza”.
Este grupo de mujeres soñadoras trabajan diariamente para ver su emprendimiento como una empresa líder y auto sostenible, reconocida a nivel internacional por la calidad de sus productos y desde la Unidad Administrativa continuamos acompañando y fortaleciendo este proceso en cada una de sus etapas.
